lunes, 30 de abril de 2012

¿QUIÉN CUIDA DEL AMA DE CASA? (Publicado en "Voces de Cuenca" el 30-4-2012)

30/04/2012 - PSICOLOGÍA ¿Quién cuida del ama de casa? Por Fco. Javier Sánchez Martínez. Psicólogo. Es evidente que actualmente el tema “cuidados de la casa” se comparte en muchos casos (afortunadamente) entre los dos miembros de la pareja, pero no es menos cierto que acuden a la consulta un número elevado de mujeres que se dedican exclusivamente a “llevar adelante una casa”, con todo el trabajo y esfuerzo que ello supone, tanto física como psicológicamente. Me he encontrado con estas pacientes con unas características típicas comunes en muchos de los casos tratados: - Nivel de exigencia muy elevado respecto a su ”rol” de ama de casa. “Si yo no hago las cosas, se quedan sin hacer”, “debo hacer todos los días multitud de tareas a la fuerza”. - Rigidez Cognitiva: “O lo hago, o lo hago, no tengo más opciones”. - Preocupación excesiva por cambiar su pasado: “si no me hubiera fijado en esta persona, no tendría que estar aquí ahora y sacrificada continuamente”, “si hubiera estudiado tendría una carrera y sería otra cosa”. - Demanda de afecto y cariño: “Nadie me agradece todo lo que hago”, “lo que hago se da por supuesto, pero es como si fuera únicamente tarea mía”. “Soy la única que se esfuerza”. Teniendo en cuenta además que como un solo día falle, encima se lanzan sobre ella toda una lista de reproches interminables que no terminan sino por acabar de hundirla y desestabilizarla. - “No puedo fallar a mis hijos y mi pareja/marido”. - Falta de autoestima: Dificultad en decir que NO a peticiones tanto familiares como externas. No es extraño que afirmen literalmente que “son una porquería, que nadie les quiere, que no sirven para nada que no hacen nada bien o que no merecen nada”. A veces también ocurre (curiosamente) que para sentirse valiosa, la propia paciente nos relata que ”necesita hacer todo lo de la casa” (mecanismo patológico de compensación). Si en algún momento falla: aparece la culpabilidad excesiva y por tanto malsana. - Suele haber poca comunicación con el marido, éste no suele cuidar la relación o cree que está haciendo TODO CORRECTO: “Igual que yo trabajo ella trabaja en casa, no sé de que se queja, yo no lo hago”. Tremendo. Sabemos que el interés por cambiar el pasado nos hace “entrar” en la llamada “zona roja” y peligrosa para la salud psicológica personal. Es imposible cambiar el pasado, y lo vivenciamos imaginándolo de otra forma distinta a como ocurrió. Esto nos supone un desgaste psicológico muy grande y no es nada extraño que derive en trastorno de ansiedad. Sabemos que afortunadamente “nadie es imprescindible” y que el ama de casa de nuestro caso, desgraciadamente se siente así. Suele faltar a nuestra paciente un “espacio propio”, debido a que ella suele cuidar de todo el mundo pero nadie cuida de ella. Por eso, aparte de trabajar las características citadas anteriormente (nivel de exigencia, rigidez cognitiva, la preocupación excesiva, el afecto que no recibe, el permitirse no ser perfecta) uno de los primeros aspectos que debemos considerar es “conseguir que la paciente se cree su propio espacio”, es decir que empiece a cuidarse en todas las áreas de su vida. Para ello es imprescindible que salga del círculo vicioso en el que se encuentra y comience a vislumbrar los aspectos positivos de “otro estilo de vida” que no es incompatible con sus tareas del hogar (que ha asumido ella sola, siendo esto un grave error de pareja), pero que le permitirán ampliar su círculo social, de actividades y personal. En más de una ocasión la paciente empalidece cuando se le dice que deje a sus hijos durante dos horas con alguien cercano para irse con sus amigas a cenar, o para asistir al gimnasio dos veces por semana o para apuntarse a un curso de yoga, que a lo mejor le encanta. El hacer actividades, sabemos que mejora el estado de ánimo. La actividad lleva implícitas muchas otros aspectos positivos asociados a la misma: Has de salir de casa, has de arreglarte, has de contactar (casi seguro) con otras personas, etc., todo lo cual repercute sin duda en tu salud psicológica y en tu “ restringido círculo” por el que suele moverse, permitiéndole “descubrir” otras formas de comportarse, actuar y disfrutar que lleva mucho tiempo sin hacer por no habérselo permitido en ninguna medida. Las mujeres tienen mayores índices de depresión que los hombres, y las amas de casa elevan todavía más esos índices. ¿Qué se está haciendo mal?. Mi objetivo esta semana era invitar al lector a reflexionar sobre esta cuestión, en la que seguro que los hombres tenemos mucho que ver y muchas responsabilidades más que asumir.

lunes, 23 de abril de 2012

¿LA SOLUCIÓN AL PROBLEMA? EN EL PROPIO PACIENTE. (Publicado en "Voces de Cuenca" el 23-4-2012)

Voces de Cuenca | Contraportada 23/04/2012 - PSICOLOGÍA ¿La solución al problema? En el propio paciente Una de las misiones del profesional es hacer entender a le persona que acude a él que las soluciones a su problema las tiene él mismo Por Francisco Javier Sánchez Martínez Cuando el paciente nos comenta en consulta el problema/trastorno por el que acude a la terapia, ocurre que, en muchos casos, suele esperar una respuesta contundente por nuestra parte. El pensamiento subyacente podría ser algo así como: “el psicólogo debe tener las ideas muy claras, debe saber qué decirme para hacer frente a los problemas que le he contado, al fin y al cabo, vengo para eso”. Precisamente una de nuestras tareas a nivel terapéutico, consistirá en transmitirle al paciente de manera gradual y a través (en mi caso) de la entrevista motivacional que la/s solución/es las tiene él/ella mismo/a. Que los recursos de los que dispone, junto a sus capacidades personales son las que tendrá que poner en marcha para enfrentarse de manera objetiva al problema o problemas que le ocurren actualmente o que le martirizan y arrastra desde hace mucho o relativamente poco tiempo. Cuando el paciente nos dice: “No soy capaz de hacer …..”, el objetivo del profesional es reestructurar ese pensamiento, ese “etiquetaje” y plantearle objetivamente que “sí tiene esa capacidad”, haciéndole comprender que en otras ocasiones (ocasiones que el mismo paciente nos describirá)i se enfrentó de manera adecuada a una situación similar. Cuando el paciente nos dice que “no tiene fuerza de voluntad” el objetivo del profesional es hacerle comprender que precisamente por este motivo asiste a consulta en muchas ocasiones, ya que la voluntad, puede ser precisamente el aspecto más débil en esos instantes. Por lo que tenemos que trabajar ese “autorreproche continuo”, que es a todas luces injusto en esos momentos del tratamiento. Este aspecto de “la voluntad” es tremendo especialmente en las personas drogodependientes. Se “machacan” especialmente por este motivo, teniendo que trabajar con los pacientes, que las drogas han mermado su voluntad debido a la dependencia física y psicológica que tienen hacia el consumo de sustancias. Por tanto no es sano apelar a la voluntad en un momento en el que lo que más falla es precisamente “la tan vitoreada y reclamada fuerza de voluntad”. El paciente ha de descubrir a lo largo de la terapia que partiendo de su historia de vida, de sus estrategias habituales de afrontamiento (que a lo mejor son inadecuadas), de sus habilidades sociales, de su nivel de autoestima, de su capacidad para controlar y expresar las emociones, obtendrá la solución propia y específica que “el/ella mismo/a tiene. Fomentar el “locus de control interno” será otra de las tareas fundamentales, así como trabajar de manera continua el papel del lenguaje interno como regulador de las conductas y emociones del propio paciente. La actitud de los pacientes suele ser en general positiva y receptiva a la terapia, aunque evidentemente no siempre es así. Algunos afirman en las primeras sesiones (y yo lo agradezco) que “no creen excesivamente en los psicólogos ni en su capacidad de ayudar a la gente”, otros nos “confiesan” que tiene la percepción nuestra de ser “confesores, curas, o algo parecido”. A medio-largo plazo he comprobado que el compartir con el profesional este tipo de afirmaciones (que no son, sino son resistencias del paciente a la terapia, y que nos cuenta en un principio), acaban siendo positivas finalmente, ya que una vez expuesta la actitud con que se viene a la consulta, partimos de una realidad conocida y esto nos indica y facilita lo que debemos descartar o reforzar en el tratamiento “con ese paciente”. También sabemos a través de la entrevista motivacional que las resistencias mayores a la terapia, las suele tener el propio profesional, que ha de saber identificarlas, corregirlas y trabajarlas (actitudes, juicios de valor, prejuicios, etiquetajes, etc). Es en definitiva el propio paciente el que va a “descubrir” a través de la facilitación que le propone el terapeuta, del “acompañamiento” en su proceso terapéutico, su propio camino en la terapia y donde suelen estar las soluciones propias, de las que evidentemente, no es consciente o tiene sin identificar en esos momentos concretos de su vida, al estar focalizando toda su atención en lo negativo, en lo malo que le ha ocurrido, con lo cual “hace más grande lo que le ocurre”, impidiéndole ello percibir todos los recursos, capacidades y aspectos positivos de que dispone y que por tanto no utiliza, bloqueándose y encontrándose en un “callejón sin salida”. Tranquilo/a, usted mismo/a acabará sugiriéndome qué hacer para “saltar esa pared”. Si tiene miedo, lo consideramos algo “normal”, y es entonces cuando le recordaremos también que los miedos se eliminan casi siempre ENFRENTÁNDOSE A ELLOS.

lunes, 16 de abril de 2012

¿ES USTED HISTRIÓNICO? (Publicado en "Voces de Cuenca" el 16-4-2012)

Voces de Cuenca | Contraportada
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16/04/2012 - PSICOLOGÍA
¿Es usted histriónico?
Por Francisco Javier Sánchez. Psicólogo

“¿Qué si soy un qué”?, habrán pensado muchos lectores cuando han leído el título del artículo de esta semana.

Según el DSM IV-TR, el “Trastorno histriónico de la personalidad” (301.50) es:

“Un patrón general de excesiva emotividad y una búsqueda de atención que empiezan al principio de la edad adulta y que se dan en diversos contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes ítems:

- No se siente cómodo en las situaciones en las que no es el centro de atención. Esta característica me resulta especialmente llamativa en los pacientes atendidos en consulta. El afán de protagonismo es evidente, y la posibilidad que ofrece una terapia al paciente con este trastorno también lo es. Él/ella son los protagonistas indiscutibles de una terapia que únicamente “creen que girará en torno a ellos”.

- La interacción con los demás suele estar caracterizada por un comportamiento sexualmente seductor o provocador. Generalmente a los pacientes histriónicos les encanta sentirse deseados, amados, requeridos y necesitados por los demás.

- Muestra una expresión emocional superficial y rápidamente cambiante. Me he encontrado con pacientes histriónicos muy inteligentes, muy habilidosos socialmente, con relaciones interpersonales muy numerosas, pero efectivamente poco profundas. Sus altibajos emocionales les desestabilizan con determinada frecuencia.

- Utiliza permanentemente el aspecto físico para llamar la atención sobre sí mismo. Su aspecto físico suele ser impecable. Es la forma de decir del paciente histriónico: “Cuidado conmigo que soy muy respetable, no soy otro paciente más”. Sin embargo también en múltiples ocasiones adolecen de una autoestima adecuada, por lo que utilizan conductas de compensación para “aparentar” lo contrario, como una muestra de defensa ante posibles ataques rivales.

- Tienen una forma de hablar excesivamente subjetiva y carente de matices. Es muy necesario “obligarles” a identificar problemas concretos con planes de acción muy específicos, dado que corremos el peligro de mantener una agradable charla con el mismo, pero sin ningún fin u objetivo terapéutico. Me he encontrado a verdaderos “encantadores de serpientes” en este aspecto.

- Muestra autodramatización, teatralidad y exagerada expresión emocional. Percibe su situación, su problema como algo catastrófico del que no “podrá salir”. Objetivamente tendrá en muchas ocasiones recursos y capacidad suficientes para enfrentarse adecuadamente a los problemas que le surjan.

- Es sugestionable, por ejemplo, fácilmente influenciable por los demás o por las circunstancias. Debajo de su aparente seguridad cautivadora se suele encontrar un perfil de paciente inseguro, manipulable y fácilmente convencible según mi experiencia profesional, por lo que es frecuente realizar un programa de mejora de autoestima con él/ella.

- Considera sus relaciones más íntimas de lo que son en realidad. Se considera amigo de todos por su amplio círculo social, pero objetivamente no profundiza como dijimos anteriormente en casi ninguna relación.

Por último quiero indicar, que no es lo mismo tener “rasgos histriónicos” de personalidad, que padecer un “trastorno histriónico de la personalidad”. En el cuestionario de personalidad IPDE (cuestionario que utilizo con mucha frecuencia en consulta) aparecen los siguientes ítems como identificativos de rasgos histriónicos:

- “Muestro mis sentimientos a todo el mundo” (si el paciente lo marca como verdadero).
- “Doy mi opinión general sobre las cosas y no me preocupo por los detalles” (si el paciente lo marca como verdadero).
- “Me siento fácilmente influido por lo que me rodea” (si el paciente lo marca como verdadero).
- “Mis sentimientos son como el tiempo, siempre están cambiando” (si el paciente lo marca como verdadero).
- “Me gusta vestirme para destacar entre la gente” (si el paciente lo marca como verdadero).
- “No me gusta ser el centro de atención” (si el paciente lo marca como falso).
- “Tengo fama de que me gusta “flirtear” (si el paciente lo marca como verdadero).
- “Me siento muy unido a gente que acabo de conocer” (si el paciente lo marca como verdadero).

Si se marcan tres o más rasgos de todos los citados, consideraremos que tiene rasgos histriónicos. Si consideramos que puede existir un trastorno de personalidad detrás de estos rasgos, recurriremos a pruebas de personalidad más específicas.

Si usted se ha visto identificado con estos “síntomas” y esto le repercute negativamente en algún área de su vida, póngase en manos de un profesional, seguro que “intenta” ayudarle.

lunes, 9 de abril de 2012

MODELO ENTREVISTA PSICOLÓGICA: EL DUELO. (Publicado en "Voces de Cuenca" el 9-4-2012)

Voces de Cuenca | Contraportada
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09/04/2012 - PSICOLOGÍA
Modelo de entrevista psicológica ante la muerte de un ser querido. El duelo
Por Francisco Javier Sánchez Martínez. Psicó

El primer paso para la elaboración de un duelo es:
- Reconocer la ruptura: “lo que hay en el cementerio son restos que ya no pueden sufrir” (separación).
- La reestructuración existencial: “Cómo rehacer la propia vida sin el familiar desaparecido”
- Compensar la pérdida para mantener un cierto EQUILIBRIO VITAL.

Para la correcta elaboración de un duelo es importante:
- Un buen APOYO EMOCIONAL.
- EXTERIORIZAR los sentimientos.
- Encontrar de nuevo UN SENTIDO A LA VIDA.
- ASUMIR LA REALIDAD.

ENTREVISTA ANTE EL PACIENTE:

1. Cuénteme serenamente cómo sucedieron los hechos.

- El objetivo de esta pregunta primera es que el paciente exprese su afectividad, dolor y pena, así como liberar los posibles sentimientos de angustia y facilitar la expresión del dolor, es decir “poder llorar la pérdida”.
- También es fundamental que el núcleo del sufrimiento no sean los hechos, ni torturarse con ellos, sino que el paciente “vea”, “tome conciencia progresivamente” que la persona ha fallecido.

2. ¿Qué le dijo en esos momentos? ¿Qué hizo?.
3. ¿Qué no le dió tiempo a decirle o hacer en esos momentos y que “tiene pendiente decirle”?
4. Hábleme de él/ella. ¿Qué relación tenía con él/ella?.

- Intentamos a través de esta pregunta, identificar los sentimientos asociados a la pérdida. Circunstancias patológicas o extrañas que preceden a la pérdida del ser querido.

5. A nivel familiar, de amistades, conocidos, ¿ha reprimido o escondido sus sentimientos?.

- Si el paciente tiene dificultades para contestar podemos “acompañarle” y “facilitarle” la/s respuestas con afirmaciones del tipo: “Tengo la sensación (“digame si es así o no”) de que no se permite expresar “todo lo que siente en estos ámbitos”.

6. ¿Ha tenido tiempo para reflexionar en soledad y para estar en silencio?

- Entendemos que el paciente “necesita” este espacio o tiempo para regular su lenguaje interno sobre lo sucedido y por tanto regular también sus emociones y sus conductas.

7. ¿Se ha dicho alguna vez “yo no puedo permitirme esta rabia y/o envidia”?

- Si el paciente ha procesado este automensaje, se considerará algo negativo, al tratarse de una “autoexigencia” que aumentará la probabilidad de “duelo patológico”.

8. ¿Está totalmente convencido/a de que su ser querido “ha desaparecido”?

- En los casos de duelo patológico el paciente no suele estar convencido de la desaparición del ser querido, por lo que podríamos trabajar en la terapia, a partir de afirmaciones del profesional como ésta: “Yo creo que no. Creo que sigue vinculado/a a una realidad que no volverá. El objeto de su amor no ha desaparecido. Debe decirle definitivamente ADIÓS a su ser querido. “Ya no está con usted”. Debe ser consciente de que no volverá, y por tanto ya no le espera. Una vez que le diga adiós, una vez que haya dejado que se vaya, volverá a quedárselo de otra manera. Lo integra en su vida, pero ya de otra manera. Por ello debe RECONOCER que su vida HA CAMBIADO y que debe REORGANIZARLA” (Si tuvo una infancia especialmente unida a él/ella, esto puede provocar una fuerte dependencia psicológica).

- Fundamental también recordarle al paciente que a partir de ahora deberá elaborar un RECUERDO POSITIVO de la persona que se ha ido, lo cual implica asumir que ha muerto y que puedas hablar con serenidad de esa pérdida.

- Fuente complementaria: “Acompañando en la pérdida. Alfons Egea. Ed. San Pablo.

lunes, 2 de abril de 2012

"LAS 10 IDEAS IRRACIONALES DE ALBERT ELLIS. RESPUESTA EJERCICIO PRÁCTICO" (Publicado por "Voces de Cuenca" el 2-4-2012)

Voces de Cuenca | Contraportada
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02/04/2012 - PSICOLOGÍA
Las diez ideas irracionales de Albert Ellis: Respuesta ejercicio práctico
Uno debe estar permanentemente preocupado por los problemas de los demás: Si le piden ayuda, usted debe decidir si prestarla o no. Los problemas de los demás pueden preocuparle, pero con límites
Por Francisco Javier Sánchez. Psicólogo

En el título del artículo hemos escrito la respuesta al ejercicio de la semana pasada. Albert Ellis formuló a través de la Terapia Racional Emotiva, “sus 10 ideas irracionales” que citábamos en el ejercicio práctico del 26 de Marzo.

Por lo tanto TODAS LAS AFIRMACIONES SON FALSAS, desde esta perspectiva. Perspectiva que profesionalmente comparto plenamente .

En la mayoría de los trastornos de ansiedad y depresión aparecen identificadas este tipo de ideas que hacen al paciente sentirse exageradamente mal, provocándole emociones negativas de intensidad muy elevada y, desproporcionadas con lo ocurrido, produciéndole perturbaciones emocionales que le desestabilizan en todas las áreas de su vida.

Retomemos las afirmaciones que planteábamos:

1. Es necesario para un ser humano ser querido y aceptado por todo el mundo: Una cosa es que sea “preferible”, “deseable”, “anhelado”, pero no se trata de una necesidad vital. Me refiero a poder sobrevivir sin ello. Si Vd. indicó esta afirmación como verdadera, cada vez que sufra un rechazo de alguien que cree le “debería querer”, se sentirá extremadamente mal, y se enfrentará inadecuadamente a esa situación y a esos sentimientos. “Por todo el mundo”: es un pensamiento absolutista e imposible de cumplir. Incluso aunque añadiéramos a esta afirmación: “por todo el mundo que le rodea”, también seguiría siendo falsa: “hay personas cercanas que pueden no querernos o no aceptarnos”. Lamento decirle al lector que, afortunadamente, “de falta de amor no se muere”.

2. Uno tiene que ser muy competente y saber resolverlo todo si quiere considerarse necesario y útil: Pensamiento absolutista, exigente y con tendencia al perfeccionismo. Si Vd. ha marcado esta afirmación como verdadera significa que no se permite el equivocarse, que es tremendamente exigente y perfeccionista, por lo que cada vez que no consiga aquello que se propone o quiera solucionar, se sentirá (“inadecuadamente”) exageradamente mal.

3. Hay gente mala y despreciable que debe de recibir su merecido: Además de “etiquetar” a las personas, porque probablemente haya personas que se comporten en determinados casos de manera inadecuada o inapropiada, estamos valorándolas globalmente como personas “malas”. Esto, supone una etiqueta tremendamente subjetiva y nos supone decir también que esa persona SIEMPRE se comporta inadecuadamente, lo cual no es objetivo ni realista. Si Vd. ha marcado como verdadera esta afirmación, supondrá para usted otra fuente de ansiedad el no soportar, además de etiquetar, a personas que se comportan inadecuadamente. Esto le podrá acarrear emociones encontradas: rencor, recelo y sensación de sentirse “incomprendido/a” por personas que pueden estar cerca de usted. Cuidado con el victimismo.

4. Es horrible que las cosas no salgan de la misma forma que a uno le gustaría: Puede ser complicado, difícil, pero nunca insoportable, terrible, espantoso. Vd. no se va a morir porque algo no le salga como tenía planificado. Si ha marcado esta afirmación como verdadera, cada vez que le ocurra algo, que no pensaba le iba a salir de esa forma, lo vivirá como una tragedia “subjetiva”, no desarrollará la tolerancia a la frustración, no aprenderá a sufrir, porque el sufrimiento forma parte de la vida y nos permite crecer y madurar en todos los ámbitos de nuestra vida.

5. La desgracia humana es debida a causas externas y la gente no tiene ninguna o muy pocas posibilidades de controlar sus disgustos y trastornos: Creer en la suerte no es sano psicológicamente. Vd. tiene el control de su vida y en función de cómo se enfrente a ella le ocurrirán unas cosas u otras. La suerte es ínfima en la vida de una persona. Si ha marcado esta afirmación como verdadera significa que en muchas ocasiones tendrá o habrá tenido sensación de impotencia, desesperanza, indefensión, porque ha pensado: ”haga lo que haga, da igual, ésto no depende de mí”. Aunque haya aspectos de su vida que no dependan de usted, la mayoría si dependen. Tome las riendas de su vida y no dependa del azar o de la suerte, es muy peligroso. “Atribuir la falta de felicidad a los acontecimientos es una forma de evitar enfrentarse con la realidad. Las propias interpretaciones de los hechos son las que causan la infelicidad”

6. Si algo es o puede ser peligroso o atemorizante, hay que preocuparse mucho al respecto y recrearse constantemente en la posibilidad de que ocurra: Preocuparse por algo es normal, preocuparse excesivamente nos hace (al focalizar toda nuestra atención en ello) “agrandar” más ese problema y bloquearnos en posibles soluciones alternativas. Frente a esta afirmación planteemos un plan de acción con posibles soluciones. Si no hay solución aprenderá enfrentarse, aceptando lo sucedido y extraer lo positivo de la experiencia.

7. Es mejor evitar que hacer frente a algunas dificultades o responsabilidades personales: Probablemente es más fácil, pero no mejor. Por tanto, la evitación sólo funciona a corto plazo. Lo más sano es enfrentarse a los problemas, eso sí, nunca es bueno tomar decisiones “en caliente o precipitadamente”. Si usted ha marcado esta afirmación como verdadera no estará utilizando la estrategia de afrontamiento adecuada, sólo aplazará o dejará de resolver muchos de los problemas que le ocurran. También es normal esperar a que el tiempo los resuelva, “pasar” la responsabilidad a otra persona”, o “culpar a otros por lo que le ocurre”.

8. Siempre se necesita de alguien más fuerte que uno mismo en quien poder confiar: En esta afirmación de Ellis unimos pensamiento absolutista “siempre” y pensamiento de necesidad. Si usted ha marcado como verdadera esta afirmación: ¿Qué le ocurrirá cuando no tenga a esa persona, “más fuerte que usted” a su lado que cree que “necesita “imperiosamente”?. Probablemente al tener esta creencia interiorizada se bloqueará, no sabrá enfrentarse a lo que le ocurre y se sentirá desprotegido/a. Dependerá de “otro/s” cuando le ocurra algo. Esto vuelve a ser tremendamente peligroso e inadecuado para su salud psicológica.

9. Un suceso pasado es un importante determinante de la conducta presente, porque si algo nos afectó mucho, continuará afectándonos indefinidamente: Lo que nos ocurre nos afecta a nuestra vida, evidentemente, pero no “determina” el resto de la misma para siempre. Aprenda usted de las experiencias pasadas, pero no continúe a ellas unidas de por vida. Intente empezar a cambiar a partir de “ya” y no crea que está limitado o influenciado por aquello que le ocurrió en un momento determinado de por vida, y que ese acontecimiento ya le ha “marcado” para siempre.

10. Uno debe estar permanentemente preocupado por los problemas de los demás: Si le piden ayuda, usted debe decidir si prestarla o no. Los problemas de los demás pueden preocuparle, pero con límites. Lo más importante es usted (otra creencia falsa sería “Es ser egoísta anteponer mis necesidades a las de los demás”), porque si usted está bien, los demás (casualmente) también lo estarán con usted (y si no lo están “es su problema”). No asuma más responsabilidades de las que le correspondan. No se cree necesidades y autoexigencias respecto a los demás en la medida que puedan desbordarle.