lunes, 18 de junio de 2012

"EXTRAER SIEMPRE LO POSITIVO, INCLUSO DE "LO PEOR" (Publicado en "Voces de Cuenca" el 18-6-2012)

Extraer siempre lo positivo, incluso de "lo peor" Si focalizamos la atención únicamente en lo negativo, haremos ese “algo negativo” más grande, y ello nos impedirá ver “las otras versiones, aspectos, o puntualizaciones del problema” Por Francisco Javier Sánchez. Psicólogo Cuando los pacientes acuden en determinadas ocasiones (más frecuentes de lo que se pueda pensar en principio) atosigados, angustiados, con el rostro tenso, con evidente fatiga emocional o con aspecto de no haber dormido o descansado por un problema determinado que consideran será imposible de afrontar o superar, el profesional debe hacer un llamamiento a la calma y en un proceso gradual, pero firme, “extraer lo positivo” a pesar de la dureza de determinadas situaciones o acontecimientos. No se trata de querer volver lo negro, blanco, ni intentar que el paciente mire hacia otro lado, ni querer transformar algo negativo en positivo, sino de observar ese problema desde otros ángulos o perspectivas. Esta visión global o general, nos proporcionará una idea más objetiva y realista de la situación que nos haya ocurrido, además de ampliar nuestra perspectiva de la misma. Si focalizamos la atención únicamente en lo negativo, haremos ese “algo negativo” más grande, y ello nos impedirá ver “las otras versiones, aspectos, o puntualizaciones del problema”. Una paciente me decía recientemente que yo “ siempre veía algo positivo en las cosas que le ocurrían a ella”, aludiendo a un problema de pareja que, tras una terapia efectiva, le había producido un desánimo elevado. Cuando tanto a la pareja como a ella les plantee que ese suceso puntual nos indicaba: - Que unido a los avances importantes que “ellos” habían conseguido en la terapia, había que seguir trabajando, porque probablemente no existía tanto control como en un principio podrían creer (no existen las varitas mágicas pero si los procesos graduales con naturales idas y venidas). - Que significaba una oportunidad de aprender, madurar, avanzar y crecer tanto a nivel de pareja como personalmente. - Que un hecho puntual no puede determinar un proceso completo y que más allá de agobiarse por lo ocurrido, sería muy positivo que adoptaran (o al menos lo intentaran), adoptar una actitud positiva sin empeñarse en infravalorarse y en centrar su atención únicamente en lo que “no había conseguido”… …Ambos cambiaron su gesto y me expresaron su deseo de “trabajar ese conflicto” para seguir avanzando. Acababan de ampliar su horizonte, dejaron de lado el catastrofismo de una situación “insoportable, terrible o espantosa” y cambiaron su predisposición frente a lo ocurrido. En alguna ocasión hemos hablado de la importancia de las actitudes, entendidas como “la predisposición de una persona hacia algo”: - Si el pensamiento positivo aparece (como forma de automotivación y autoapoyo), si centramos la atención en el camino positivo y adecuado ya realizado, tendremos más posibilidades de enfrentarnos adecuadamente ante los problemas que nos surjan porque plantaremos “cara” a dichos problemas con unas estrategias de afrontamiento (“coping”) sólidas y consistentes que nos permitirán avanzar y progresar en nuestra vida en todos sus ámbitos. - Si adoptamos una postura “victimista” nos inundaremos de razones para creernos y justificarnos ante un mundo duro y cruel en el que nadie nos trata como merecemos. En multitud de ocasiones, las personas hemos de “tocar fondo” para empezar a reaccionar ante situaciones duras o problemáticas: - Hasta que un adolescente no comprueba por el mismo las consecuencias de sus actos, no es capaz de “valorar” su conducta o el daño que puede haber realizado a otros. - Hasta que alguien no nos da “un escarmiento” (me refiero a reprocharnos abiertamente un error o decir por ejemplo: “hasta aquí hemos llegado”, utilizando la asertividad por supuesto), no aprendemos del error que hayamos podido cometer con él/ella o no aprenderemos a respetarle, tomando nota de “lo serio y grave que es lo que hemos estado haciendo equivocadamente”. - Pasar por una recaída o consumo puntual para un “drogodependiente” es una oportunidad para avanzar terapéuticamente (y los profesionales lo sabemos, por lo que “aprovechamos” dicha situación para “enfrentar” al paciente con la situación real a la que se enfrenta). Evidentemente la segunda fase sería aceptarnos como personas no perfectas e intentar reparar en la medida de lo posible el daño causado a los demás y también a nosotros mismos. - Las situaciones duras y difíciles que nos puedan haber ocurrido aumentarán nuestra capacidad de empatía con los demás y “comprenderemos mejor” como se puede sentir alguien que ha pasado por lo que a nosotros nos ocurrió. Tocar fondo es en muchas ocasiones algo necesario para poder “emerger a la superficie de nuevo”. Si usted es positivo, atraerá lo positivo. Para ello, deberá “aprender” a buscarlo en aquello “tan tremendo, insufrible o terrible “que usted percibe como “lo peor que podía haberle ocurrido”, créame.

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