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lunes, 20 de agosto de 2012
¿Qué es el efecto halo? (Publicado en "Voces de Cuenca" el 20-8-12)
Por Francisco Javier Sánchez (Psicólogo)
Hemos encontrado muchas definiciones del llamado “efecto halo”, algunas excesivamente técnicas y complicadas y otras más accesibles y entendibles.
El efecto halo, se refiere a “cómo la evaluación que hacemos de una persona está influenciada por juicios previos, de los que a veces ni siquiera tenemos noticia (Blog: psicología.com)”.
Hablamos de un “prejuicio valorativo” que nos lleva a focalizar la atención en aquellos rasgos que hemos considerado importantes o destacables de esa persona. Incluso sabemos que estas creencias son “difíciles de modificar”, aunque se nos presenten evidencias contrarias a ese primer juicio realizado.
Este efecto se haya implicado en la Teoría de la personalidad implícita de Kelly,s donde se vuelve a reafirmar que “los primeros rasgos que conocemos en los demás influyen en nuestras percepciones de posteriores interpretaciones a causa de nuestras EXPECTATIVAS”.
Es decir, si estamos convencidos de que una persona tiene determinadas cualidades o características, no haremos sino confirmar nuestras “creencias sesgadas” en cada gesto, palabra o expresión que dicha persona utilice o haga.
Curioso el poder “manipulador” de nuestra mente. ¿No creen? .
Ocurre así que este efecto se utiliza mucho en publicidad (“personas famosas y bellas”), por ejemplo: solemos considerar que una persona por el mero hecho de ser atractiva es además: inteligente, buena y deseable, y al revés, atribuimos a personas “feas”, el ser malas, peligrosas y poco deseables.
En los Departamentos de Recursos Humanos conocen bien, o deben conocer bien este efecto: Cuando en una entrevista de trabajo, el entrevistador nota un rasgo positivo en el entrevistado, suele prestar menos atención a sus aspectos negativos, por lo que su evaluación no sería objetiva, sino distorsionada y sesgada.
La información consultada nos habla del estudio realizado por Nisbett y Willson: Se les presentaba a un grupo el mismo video de un profesor pero comportándose de manera diferente en cada uno de ellos. En uno se presentaba como una persona amable y tranquila y en otro como autoritario. El primer grupo sólo vio en su evaluación al personaje bueno y el segundo al personaje malo. Se les pidió además que evaluasen el atractivo físico del profesor y resultó que el grupo que vio el video del “buen profesor” lo calificó como más atractivo y encantador que el grupo que vio el video del “profesor malo”.
Es decir: “evaluamos enfocando la atención a una sola característica, formando así “un halo” que rodea y afecta la consideración y evaluación de otras características”.
“Sabemos por tanto muy poco de aquello que influencia nuestra evaluación de las personas y del mundo. Creemos hacer juicios objetivos y nos cuesta además cambiar mucho nuestra manera de pensar”.
A nivel terapéutico el profesional está obligado desde mi punto de vista a controlar este efecto por el bien del proceso de recuperación del paciente, por la necesidad de ser objetivo a la hora de evaluar y aplicar un plan de acción en dicho proceso y sobre todo para impedir que la alianza terapéutica entre profesional y paciente sea lo más sana, realista y efectiva posible.
La alianza terapéutica puede verse resentida al atribuir al paciente cualidades que más adelante nos puede desmentir el propio proceso y que hemos dado por supuestas, pudiéndonos llevar, repito, a trabajar en la dirección equivocada o poniendo en marcha estrategias poco funcionales para obtener el éxito.
Nuestra tarea no es juzgar a los pacientes ni atribuirle por tanto cualidades que no poseen, sino la de “ partir de las herramientas que el propio paciente posee, para avanzar en el proceso de mejora, haciéndole consciente de su control sobre la situación o problema que tiene”.
Las distorsiones entendidas como interpretaciones subjetivas no facilitan por tanto, el trabajo “co-terapéutico” profesional-paciente. Lejos de ayudar, suponen trabas y suposiciones que nos pueden dirigir hacia el camino equivocado.
Mi pregunta es: ¿Podemos ser objetivos alguna vez a la hora de juzgar a los demás? Es una reflexión que dejo abierta al lector. ¿Qué opina?.
Fuentes de referencia citadas:
- Wikipedia.
- Psicología.com
- ChicaSEO. Negocios, SEO y Redes sociales.
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