lunes, 6 de agosto de 2012

"Las otras 10 ideas irracionales" (Publicado en "Voces de Cuenca" el 6-8-2012)

“Las otras 10 ideas irracionales” Francisco Javier Sánchez Martínez. Psicólogo. Recordará el lector un artículo publicado allá por el mes de Abril de este mismo año, en el que hablábamos de las ideas irracionales de Albert Ellis, proponiendo en principio un ejercicio en el que frente a dichas afirmaciones, usted debía marcarlas como verdaderas o falsas en función de las propias creencias. Leyendo el estupendo libro de Ramón Santandreu: “El arte de no amargarse la vida”, encontramos “otras diez ideas irracionales” que el autor, psicólogo, propone como “favoritas” en España en estos momentos. Se trata de creencias que el autor afirma encontrarse con más frecuencia cuando “lee los periódicos, hablar con mis amigos y trabaja con sus pacientes”. Por ello le propongo estas ideas acompañadas de mis reflexiones personales, cuestionando la veracidad de las mismas. Me he sentido plenamente identificado con las mismas a nivel profesional, por lo que invito al lector que vuelva a plantearse si para él/ella son verdaderas o falsas, sabiendo esta vez de antemano que todas ellas son falsas, y que no son “necesarias” para alcanzar la felicidad: 1. Necesito tener a mi lado a alguien que me ame; de lo contrario, ¡ qué vida más triste!. - Esta creencia es muy semejante a la que nos proponía Albert Ellis en los años 50. Es una necesidad “no necesaria” que se vive de manera catastrófica y terrible. Personalmente me encuentro muchos casos en consulta especialmente obsesionados con la idea de “quedarse sin compañía”, en una soledad horrorosa, mientras los demás siguen con su vida en marcha. 2. Tengo que ser alguien en la vida, aprovechar bien mis cualidades y virtudes. De lo contrario, me sentiría fracasado. - Pregunto al lector: ¿El no conseguir determinados objetivos significa que usted sea un fracasado?, ¿Tiene usted derecho a “pasar” un período de su vida poco fructífero?. ¿Usted es de aquellas personas que no ha conseguido nada en la vida?. Sencillamente, no es posible. Permítase el no ser perfecto. 3. No puedo tolerar que la gente me menosprecie en público. Debo saber responder y defender mi imagen. - Aparición de un nuevo pensamiento exigente en el que volvemos a depender más de la opinión o conductas de los demás que la nuestra propia. ¿Su valía personal depende este menosprecio? ¿Puede mirarle alguien de arriba hacia abajo si usted no le mira desde abajo hacia arriba? Evidentemente no. No dependa de lo externo, de las conductas de los demás, será más vulnerable y será más fácil hacerle daño. 4. Debo tener un piso en propiedad. De lo contrario, soy un maldito fracasado muerto de hambre. - Lejos de entrar en discusiones políticas, esta creencia se ha mantenido durante mucho tiempo y continúa en la actualidad haciendo “daño” a muchas personas. Actualmente sabemos que es cuestionable hasta qué punto es rentable tener un piso en propiedad, pero hemos tocado fondo con esta creencia y tener un piso ha acabado siendo una obligación para “ser alguien pudiente y con una situación holgada a nivel económico”. Se trata una vez más de una creencia exigente, que poco o nada tiene que ver con la realidad. 5. Tener buena salud es fundamental para ser feliz. Y lo más deseable es vivir mucho tiempo; cuanto más, mejor: ¡incluso cien años o más!. - Repito que cada una de estas afirmaciones serían deseos de todos nosotros que nos ayudarían a encontrarnos mejor, pero nunca, aspectos necesarios para ser felices. Se trata de necesidades creadas, lo cual nos genera un malestar muy intenso si no las tenemos. ¿Usted puede ser feliz aunque tenga una enfermedad crónica?. ¿Usted “necesita” para ser feliz encontrarse bien de salud al 100%? Si usted se resiste a creer esta afirmación, estará pensando “irracionalmente”. 6. Tengo que ayudar a mis familiares: padres, abuelos, hijos… Mi ayuda es fundamental para su felicidad. - En estos tiempos de crisis terrible, he comentado en alguna ocasión que afortunadamente en España, sigue manteniéndose el concepto de familia, y este bloque conjunto está enfrentándose de manera más solidaria a la situación que vivimos. La ayuda o el apoyo está resultando fundamental entre los miembros de una misma familia. Sin embargo, esta creencia señalada en el punto que nos ocupa no se refiere a este aspecto. Nos referimos a la obligatoriedad del “tengo que”. Cuidado con adoptar el rol de “salvador obligado” frente a las personas cercanas, cuidado con creernos imprescindibles para la felicidad de los otros y cuidado con la dependencia emocional que podemos generar en los otros. Usted tiene derecho a ayudar a sus seres queridos o a no hacerlo, no se lo imponga como algo incuestionable. 7. Si mi pareja me pone los cuernos, no puedo continuar con esa relación. La infidelidad es una cosa terrible que te destroza por dentro. - Pensamiento catastrófico. Evidentemente a nadie nos gusta “ser engañado por el otro”. Pero la diferencia cualitativa se encuentra una vez más en que se trate de algo duro, difícil, complicado de afrontar o algo terrible, espantoso o insoportable. 8. Tengo que tener una vida emocionante. De lo contrario, mi vida es un aburrimiento y, de alguna forma, un desperdicio. - En consulta me he encontrado desde pacientes con cierta edad que continúan siendo los “eternos adolescentes” fruto de una inmadurez estancada (“madurar implica renunciar a cosas”), hasta aquellas personas que pretenden que su vida sea una línea creciente en progresión geométrica a nivel de emociones, aventuras, intensidad continua, etc. Sabemos que por ejemplo las relaciones de pareja pasan por diferentes etapas, con diferentes momentos de intensidad, lo cual no significa que la relación sea menos positiva, adecuada o interesante desde el punto de vista de evolución lógica de la pareja. ¿si usted se aburre con su pareja, significa que su vida ya no es tan emocionante o intensa como antes? Permítame que lo dude. Quizás se encuentra en otro momento de su relación en el que precisamente necesita aburrirse para poner en marcha un plan de acción, valorando otras variables que hasta ahora no había considerado. 9. Más siempre es mejor. El progreso siempre es bueno y consiste en tener más cosas, más oportunidades, más inteligencia…; esto es obvio en el caso de desear cada vez más y más cosas buenas como paz y alegría. 10. La soledad es muy mala. Los seres humanos necesitan tener a alguien cerca porque si no, son unos desgraciados. - Enlazando con el primer punto de esta lista volvemos a comentar: personalmente a muchas personas de las que me encuentro en consulta les obsesiona esta idea, a todas luces irracional. Situación que puede resultar (en según qué etapa de nuestra vida) poco apetecible, pero nunca necesaria. Si usted tiene este pensamiento en mente, se bloqueará, probablemente se aislará a nivel social, pondrá barreras conscientes o inconscientes a la hora de conocer a personas determinadas, forzará amistades con las que no tiene nada en común, se “agarrará a cualquier relación con el único objetivo de no encontrarse solo creyendo que no soportaría dicha situación. Se trata de errores o distorsiones cognitivas que le podrán llevar a agobiarse sin motivos objetivos, solamente por “necesidad subjetiva y distorsión a la hora de enfocar su vida”. - Fuente: “El arte de no amargarse la vida”. Ramón Santandreu.

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