lunes, 7 de noviembre de 2011

"LA HIPERACTIVIDAD" (Publicado en "Voces de Cuenca" 7-11-11)

07/11/2011 - PSICOLOGÍA



Por Fco. Javier Sánchez Martínez. Psicólogo.
Hablamos de un trastorno muy serio e importante que necesita un tratamiento cuidadoso, y diferentes pautas a seguir de manera conjunta por profesores, padres, psicólogos y otros especialistas.
Técnicamente este trastorno se caracteriza por síntomas manifiestos de desatención y/o impulsividad-hiperactividad. Hablamos de un trastorno de conducta de origen neurológico.
Los datos hablan por sí solos:
- El 5,5% de los niños españoles padece el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (más de 300.000 niños/as).
- Su incidencia es de un 3% a un 5% entre niños menores de 7 años.
- Actualmente es el trastorno con mayor incidencia en la población infantil.
- Este trastorno es más común en niños que en niñas (4 niños por cada niña).
- Entre el 40-50% tiene problemas de aprendizaje (bajo rendimiento escolar).
- Se caracteriza fundamentalmente por síntomas manifiestos de desatención y/o impulsividad-hiperactividad.
El DSM-IV-TR nos habla de tres tipos diferentes de TDAH:
- TDAH tipo hiperactivo-impulsivo: el niño presenta principalmente hiperactividad e impulsividad.
- Trastorno en el que predomina la falta de atención, sin mostrar una hiperactividad-impulsividad significativa.
- TIPO COMBINADO: el niño presenta las 3 características: hiperactividad, impulsividad e inatención.

TRATAMIENTO
- Lo más aconsejable en la actualidad es utilizar simultáneamente:
- 1) Medicamentos: Sin duda, la más eficaz. Controlan la impulsividad y los problemas de atención, actúan sobre el SN, haciendo que funcione más eficazmente, le calman, le dan tranquilidad, no crean adicción. No crean dependencia física. Hay cierto riesgo de que creen cierta dependencia psicológica (más frecuente en los padres que en los niños) (A. Polaino Lorente).
- 2) Terapia conductual, con unas pautas muy específicas tanto a profesores como a padres, con un seguimiento importante, vigilancia, y observación y actuación ante los cambios que se produzcan en el proceso.
- Actualmente no se conocen las causas directas del trastorno, aunque el avance en las técnicas de diagnóstico han ayudado mucho a esclarecer algunas de las cuestiones, aunque no hay conclusiones definitivas.
- De entre tantas teorías que lo definen, podemos decir que es un desequilibrio químico en las áreas cerebrales involucradas en la atención y el movimiento (véase también problemas neurotransmisores: catecolaminas).
- A nivel clínico reconozco que la terapia no resulta nada fácil con los niños/as: se distraen con cualquier cosa durante la consulta, han aprendido a conectar “el piloto automático” cuando los padres comentan el caso y les cuesta mantener “la compostura” durante la sesión (hablan, interrumpen, se sientan inadecuadamente).
- Los padres suelen llegar bastante desalentados a la consulta, porque dicen “que lo han intentado todo”.
- Recordemos que el castigo tradicional no funciona con los niños hiperactivos con lo cual las pautas para los padres han de ser muy claras y concisas y deben llevarlas a cabo con grandes dosis de paciencia.
- Suele haber altibajos a nivel conductual y emocional por lo que el seguimiento se presume muy importante, ajustando dosis de medicación y pautas específicas.
- Los resultados han sido en líneas generales positivos, a pesar de las resistencias al cambio que suele mostrar el niño/a, sobre todo, al inicio del tratamiento.
- Se trata de un problema tremendamente serio para el que todavía se han de dedicar muchos esfuerzos e intervenciones conjuntas de profesionales, padres y profesores como decíamos al principio del artículo.

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