lunes, 5 de diciembre de 2011

LA DEPRESIÓN: "UNA ENFERMEDAD CRUEL" (Publicado en "Voces de Cuenca" el 5-12-2011)

LA DEPRESIÓN: UNA ENFERMEDAD CRUEL.

Fco. Javier  Sánchez Martínez. Psicólogo


La depresión es la enfermedad “de moda” del siglo XXI.

 Los datos son devastadores:

-         El 3% de la población mundial padece algún tipo de depresión, lo cual supone más de 120 millones de personas sufriéndola (O.M.S)
-         Entre el 10-20% de personas que acuden a consulta la padece.
-         Dentro de 10 años será (según la O.M.S) la segunda causa de incapacidad personal, con todo lo que ello conlleva.
-         Relacionado con este trastorno del estado de ánimo aparece el escalofriante tema del suicidio: Entre los 15-30 años el suicidio es la segunda causa de muerte en los jóvenes tras los accidentes de tráfico.
-         Las mujeres la padecen en una proporción de 2 a 1 frente a los hombres.

Frente a estos datos tremendos no hay duda alguna: hemos mejorado nuestra calidad de vida, pero me atrevo a afirmar que psicológicamente nuestra vida es “menos sana” (¿es el riesgo implícito o el precio que hemos de pagar por una sociedad más avanzada en todos los aspectos?). La ansiedad y la depresión han acabado formando parte de nuestra vida cotidiana. Difícil no tener todas las semanas en consulta a más de un paciente con un trastorno depresivo/ansioso- depresivo.

Sin entrar en clasificaciones densas y farragosas si hemos de diferenciar entre las depresiones endógenas (físicas, orgánicas) y las reactivas o exógenas (neuróticas), dependiendo si la causa que la produce es interna o externa (acontecimiento externo). Las depresiones psicóticas (de factor hereditario muy significativo) también son especialmente duras y complicadas (pueden aparecer por ejemplo en la depresión posparto).

Los neurotransmisores implicados y comprometidos en la etiología de la depresión son la dopamina, noradrenalina, serotonina y acetilcolina, por lo que los fármacos prescritos tienden a “regular” de manera adecuada dichos neurotransmisores en nuestro cerebro (inhibición de la recaptación ).

Los síntomas más característicos son los pensamientos negativos unidos a sentimientos de desesperanza, impotencia, un pesimismo catastrófico ante el futuro y una sensación de fracaso que paraliza y bloquea al paciente, produciéndole un malestar clínico significativo.

Mi experiencia clínica en esta área es especialmente interesante. El paciente relata su “especial forma de percibir el mundo” cuando se encuentra con depresión. “El efecto túnel”, “el pozo sin fondo” son expresiones frecuentes que escucho en la consulta. Suele ser habitual un primer período de “desahogo emocional” en la que el paciente ha de “expulsar” toda esa negatividad que lleva dentro. Tras este período comenzamos la terapia con técnicas de reestructuración cognitiva (identificación de distorsiones cognitivas y objetivización de las mismas con la finalidad de de generar emociones proporcionadas con la situación actual)  regulación de actividades cotidianas (que producen mejora del estado de ánimo), técnicas de relajación (asociadas a trastornos de ansiedad), estrategias de afrontamiento ante situaciones determinadas y regulación de hábitos de sueño en una primera fase. Algunas de estas estrategias las mantendremos durante toda la terapia.

Depresión y ansiedad suelen ir unidas en muchas ocasiones, los psiquiatras y los psicólogos estamos acostumbrados a verlas de la mano, por lo que no es nada extraño ver a pacientes con ambos criterios y con medicación ansioso-depresiva.

El tema del apoyo familiar es muy importante, pero también puede convertirse en un arma de doble filo.

El eminente psiquiatra Vallejo-Nájera explica muy acertadamente las frases típicas de los familiares (con buena intención) que son contraproducentes para el paciente:

-         “Anímate”
-         “Pon de tu parte”
-         “Sal a la calle”
-         “Si tuvieras el tiempo ocupado y problemas reales e importantes no tendrías tiempo para deprimirte”.

Cuidado: NUNCA DECIR ESTAS FRASES AL DEPRIMIDO, son contraproducentes y le generan sentimientos de culpabilidad. El paciente “no sale” de la depresión porque no quiere, sino porque no puede.

Al paciente deprimido hay que ofrecerle nuestro apoyo, que sepa que estamos ahí si nos necesita y luego…. “dejarle tranquilo”. Es más importante el apoyo social percibido que recibe, que probablemente el apoyo real que podemos darle en esos momentos. Debe saber que cuenta con usted, pero no le atosigue.

Si usted padece algunos de los síntomas descritos, no deje pasar el tiempo, póngase en manos de un profesional, intentaremos ayudarle en ese sufrimiento tan interno en el que tanto la mente como el cuerpo piden quedarse en cama todo el día, no relacionarse con nadie y estar a la defensiva (irritable),  casi de manera constante.








2 comentarios:

  1. Olvidada ya la polémica que este artículo suscitó en el momento de su publicación sería una lástima que pasara sin pena ni gloria en el blog de Francisco. Como típica capricornio me gusta pensar sobre las cosas y aquí dejo mi comentario sobre este tema. La tristeza forma parte de la vida, es un sentimiento normal, sería incluso inhumano que no la sintiéramos ante ciertas cosas. Soy la 1ª que cada día, tengo que luchar contra ella, os lo aseguro. Hoy pensaré en voz alta para tocar con estas palabras escritas la grandeza de la vida y no dejarme dominar por su otra cara.
    ME RESULTA DIFÍCIL COMPRENDER TOTALMENTE CÓMO esta lacra, convertida casi en epidemia, está ganando la batalla a la felicidad del hombre en su paso por la tierra. Necesito decirme y deciros A GRITOS No hemos venido a este mundo para sufrir HEMOS VENIDO PARA SER FELICES.
    Todos sentimos ¡tantas injusticias, tanto sufrimiento, tanta agresividad, tanto individualismo, tanta competitividad, tantos engaños, tantas falsas caras, tanta hipocresía………! que evidentemente no nos dejan indiferentes. Por ese motivo, personalmente, he llegado a la conclusión de que es mejor vivir un poco en la inopia, relativizar y no darle muchas vueltas al coco. Con el tiempo; los fracasos, frustaciones, desengaños, problemas etc, por los que todos pasamos, nos producen desencanto y hacen que vayamos perdiendo la ilusión, el entusiasmo y la capacidad para sorprendernos ante la propia VIDA. Estoy firmemente convencida de que estamos perdiento el norte o lo hemos perdido ya. A menudo recorremos el sendero como autómatas, sin ver, sin escuchar, sin apreciar, sin saber realmente quienes somos, qué buscamos, qué queremos. Vemos a los demás y sin darnos cuenta actuamos igual. En realidad no gustamos los exquisitos sabores de la vida. Existimos sin valorar, amar, agradecer, comunicar…. Existimos sin existir plenamente. La vida no nos proporciona únicamente problemas y fracasos, tambien nos da cosas alegres, grandes y bellas que muchas veces ni siquiera vemos. Estar vivo, rodeado de vida es en sí mismo un gran milagro. Cuando pienso en nuestro cuerpo, en su complejidad, en cómo funciona absolutamente coordinado y perfecto me siento fascinada. Me produce una profunda admiración, alegría, ganas de vivir y disfrutar. No dejemos que nuestras circunstancias y modo de interpretarlas se apoderen de nuestra felicidad. El tiempo no se detiene, la vida va pasando y cuando queramos darnos cuenta se acabó........ ¿Hemos sido felices realmente....? o ¿hemos vivido como víctimas de nuestra propia vida?. Nuestra misión no es otra que SER FELICES YA AQUÍ, NO ES NECESARIO QUE NOS TOQUE LA LOTERÍA o ESPERAR RESIGNADAMENTE LA MUERTE PARA GOZAR DE UNA VIDA PLENA AQUÍ.
    Continúo en otro comentario porque no me permite publicarlo en 1 completo.

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  2. Es fácil saber las cosas que no debemos hacer para caer en una depresión pero muy difícil salir cuando estás metido de lleno en esa tristeza profunda, continuada, insoportable que, al final, se apodera absolutamente de ti y tu voluntad quitándote las ganas de vivir. Resulta difícil ver a una persona querida en ese estado, no solamente sufre el sujeto que la padece, el dolor se extiende a su entorno y a menudo se contagia. Los familiares y amigos no saben muy bien qué hacer para acertar con ella. Esto sin hablar de lo que el artículo comenta, hay personas que tienen predisposición genética a ser un poco depresivos (D.endógenas) y asombrosamente a estas personas no queremos ni acercarnos, algo nos dice en nuestro interior ……….. ¡alerta!, si escuchas a esta persona acabarás llorando como ella y viendo las cosas con su tinte oscuro, nuestra actitud hace que que se sientan todavía peor; más aisladas, rechazadas retroalimentando así su problema y haciéndolo crecer. Nada va a pasarnos por escuchar a estas personas quizás lo que necesitan simplemente es no sentirse tan bichos raros. El artículo pasa un poco por alto que estas personas pueden acabar incluso suicidándose. Hablar de la muerte es algo que a ninguno nos agrada es más es un tema que tratamos de evitar y opino que estamos bastante equivocados al repecto. Si alguien depresivo nos habla de la muerte no debemos desviar la conversación, hablemos con él con naturalidad sobre todos los asuntos que desee hablar seguro que tiene motivos poderosos para ello, eso sí hablemos sobre la muerte haciéndole ver el valor y la alegría de VIVIR y estar VIVOS. Todas las cosas agradables que nos podríamos perder si de la noche a la mañana dejáramos de existir. Ya no os canso más, un gran saludo, un placer y alegre fin de semana para todos.

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