lunes, 5 de marzo de 2012

"EDUCAR LA VOLUNTAD Y LA PACIENCIA" (Publicado en "Voces de Cuenca" el 5-3-2012)

05/03/2012 - PSICOLOGÍA
Educar la voluntad y la paciencia
“Educar la paciencia y la voluntad requiere un proceso, requiere aprender a esperar, controlar el deseo instantáneo y pensar en el logro posterior y mejor que obtendremos como premio”.
Por Francisco Javier Sánchez. Psicólogo

Evitaríamos muchos problemas posteriores en todas las áreas de nuestras vidas, si desde un principio se nos dieran unas pautas educativas básicas para lograr controlar y manejar tanto nuestra voluntad como nuestra paciencia. Los placeres inmediatos pueden “difuminarse” con la misma velocidad con la que los hemos conseguido.

En uno de los artículos publicados con anterioridad en este mismo espacio, hablábamos de la situación actual de nuestra sociedad, de sus comportamientos y de la forma de educar a nuestros hijos. Afirmábamos que estamos en una etapa en la que prima “el aquí y el ahora” y que la escasez de tiempo con la que contamos en el día a día nos había llevado a valorar “en exceso” (desde mi punto de vista) el paso incuestionable del tiempo, asociando en demasiadas ocasiones deseo con realización inmediata del mismo.

Freud afirmaba que los sueños eran realización de deseos que no podíamos cumplir durante la vida consciente (entre otros aspectos). Y pregunto al lector: ¿Sería siempre positivo que cumpliéramos todos esos sueños que nos invaden mientras dormimos?: Pienso que a corto plazo sería magnífico, pero no a medio-largo plazo. Motivo: no podríamos desarrollarnos plenamente como personas ,ni aprenderíamos o no tendríamos que aprender absolutamente nada. Sería una vida excesivamente aburrida que nos impediría prosperar y mejorar en todas las áreas de nuestra vida.

Obsesionados con este aspecto buscamos la felicidad inmediata, lo instantáneo. Si no conseguimos esto o aquello, solemos sentirnos tremendamente frustrados, lo que nos indica que nuestra tolerancia al sufrimiento en muchos casos es escasa o nula. Aparece la sensación de indefensión y podemos sucumbir a una espiral poco aconsejable. El control de nuestras emociones sería deficiente o inadecuado y por tanto nuestras conductas también lo serían en elevadas ocasiones.

Desde mi modesto punto de vista estos aspectos están relacionados con la pérdida de valores tan necesarios como la constancia, la perseverancia, la lucha y el esfuerzo por conseguir determinadas metas.

Me parece perfecto que en las escuelas se imparta educación sexual, pero pregunto: ¿No sería igual de adecuado educar en educación afectiva?. Sabemos que el manejo adecuado de las emociones implica consecuencias positivas para el individuo (a la hora de expresarlas, manejarlas, controlarlas). ¿Porqué no se cuida y se “trabaja” la parte emocional de las personas desde un principio?.

Recuerdo que en una ocasión un preso me vio tremendamente agobiado porque teníamos que realizar un taller en la prisión y llegábamos tarde al aula para comenzar a impartirlo. Esa misma persona me dijo algo que difícilmente olvidaré nunca: “Javier, tienes que educar tu paciencia. Es una de las cosas más importantes que aprendemos estando en la cárcel”. Que frase tan sabia y tan genial. Paré de repente mis prisas me relajé y comprobé por mi mismo que comenzar ese taller con 10 minutos retraso no supondría ninguna “trágica situación irreversible”.

Educar la paciencia y la voluntad requiere un proceso, requiere aprender a esperar, controlar el deseo instantáneo y pensar en el logro posterior y mejor que obtendremos como premio. Así educamos estos aspectos. Al final hablamos de un proceso de madurez personal en el que la persona se vuelve más reflexiva y aprende valorar todos los flancos. En el otro lado encontramos al adolescente que es tremendamente impulsivo y responde a todo lo que afirmábamos al principio.

4 comentarios:

  1. Pienso exactamente igual. Nadie nace sabiendo. Vamos construyéndonos poquito a poco, desde el momento en que somos concebidos hasta que dejamos de existir. Educar los afectos es fortalecer la madurez y el desarrollo personal. Esto debe comenzar desde el principio, me atrevería a decir que ya en el vientre materno. Los padres somos los primeros y más importantes agentes educadores. A los 3 años (ahora antes con la inserción laboral de la mujer al trabajo, comienza a intervenir un poderoso agente más: la escuela. Ahí también sería conveniente incluir este importante aspecto. Creo que la mayoría estamos de acuerdo en esto, entoncesss...?. Hace poco se introdujo una polémica asignatura "educación para la ciudadanía". Y sí o sí nuestros hijos tuvieron que cursarla. Me parece muy bien educarnos en ciudadanía, asignatura que en primaria está bastante centrada en educar afectivamente. Pero es (si no recuerdo mal) una asignatura aislada que se da solamente en un curso de primaria y otro en secundaria, donde se expone más a nivel prejuicios..... Bien, ¿por qué no una asignatura de las tantas, de un día a la semana, desde bien pequeños, dedicado a educación en afectos?. Todos saldríamos ganando. Un gran saludo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario. Inteligentes cuestiones las que planteas. ¿A quién corresponde mover pieza?.

    ResponderEliminar
  3. A todos Fº, a cada uno desde donde esté y haciendo lo que pueda y sepa hacer. La labor de algunos será sencillamente plantearlo y discutirlo para hacer pensar al resto. Claro que quien hace y deshace las leyes sobre educación tiene la última palabra, evidente. Mucho estrato y mucha escalera con subgrupos diversísimos para llegar al final de la cuerda. Proceso complicado y lento, así lo veo. Los demás..... ? Cómo lo veis...?

    ResponderEliminar
  4. También veo difícil la implantación de este aspecto porque muchas, muchísimas personas, consideran mostrar sus emociones como una delibidad. Hoy , lo he comentado otras veces, se tiende a que seamos hombres máquina y ni lo somos ni lo seremos jamás, man que a veces nos pese. Esto está trayendo consecuencias nefastas a muchísimos niveles.

    ResponderEliminar