domingo, 13 de mayo de 2012

"LA PAREJA Y LA LISTA DE REPROCHES" (Publicado en "Voces de Cuenca" el 14-5-2012)

“LA PAREJA Y LA LISTA DE REPROCHES” Fco. Javier Sánchez Martínez. Psicólogo. El 90% de problemas de pareja que son atendidos en mi consulta están directamente relacionados con PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN. No es nada extraño que en la primera consulta se cite a un miembro de la pareja para que formule abiertamente los problemas, las quejas, los miedos, las incertidumbres que tiene respecto a la relación “con el otro”. Evidentemente también realizaremos en esta primera entrevista y previamente a las formulaciones de cada miembro de la pareja una entrevista clínica inicial donde incluiremos aspectos tan importantes como: entendimiento afectivo, tipo de relación (autoritarismo/dependencia), problemas con hijos (si los hay), aspectos de compatibilidad-incompatibilidad, etc.). En la segunda sesión hacemos exactamente lo mismo con el otro miembro de la pareja. En la tercera reunión y una vez conocidas las demandas de “ambos aspirantes a la felicidad”, les juntamos en un mismo espacio y creamos el clima adecuado y necesario para que afirmen, soliciten, pidan, reclamen y se quejen de todo aquello que nos dijeron “individualmente”, pero esta vez, EN PRESENCIA DE SU PAREJA. Es habitual encontrarnos que probablemente el amigo o la amiga íntima de él o ella están más enterados de pequeños detalles, vivencias, pensamientos e incidentes que han tenido entre ellos, que la “otra persona”. También es habitual que se hayan quejado al otro, pero de manera inadecuada (agresivamente) y en los momentos más inadecuados. Esta primera etapa suele ser bastante dura y dificultosa, debido a que generalmente la pareja acude a un especialista cuando ya ha “tocado fondo” en la mayoría de los casos, afectándoles su relación a todas las áreas comunes de su vida. Es lógico, ya que se acaban por compartir las áreas y aspectos significativos de cada uno de ellos: me refiero al área económica, afectiva, hijos (si los hay), familiar, social (no en excesivos casos), entre otras. Una vez que se ha trabajado en un proceso delicado todos los aspectos citados y se ha decidido por mutuo acuerdo llegar a un consenso, negociación y aceptación de responsabilidades (partiendo del compromiso responsable de cada uno) quedará “prohibido” “sacar la lista de reproches innumerables” que tanto han dañado la relación en otros momentos. Aunque no me gusta la palabra prohibición a nivel general (“prohibir es propiciar hacer aquello prohibido”), en este aspecto terapéutico partimos de la creencia que “este listado innumerable” no hace sino bloquear, paralizar el avance de la terapia y sobre todo de la relación cuando dicha terapia haya finalizado. Una cuestión básica es que ambos entiendan que su relación necesita estabilidad y confianza que cualquier “movimiento” (conducta, expresión de emociones, actitud) que haga uno de ellos, afectará al otro. Si usted acepta (que no significa que le guste) los errores de su pareja, asume su parte de responsabilidad en lo que ha ocurrido, y se compromete a cambios negociados con ella, partiremos de esa base para intentar avanzar en los problemas que puedan tener. “Remover en el baúl de los recuerdos” una vez que nos hemos comprometido y aceptado al otro no le traerá nada positivo, créame. El compromiso y asunción de responsabilidades no implica que no se vuelvan a cometer los mismos fallos o a vulnerar las mismas “normas”. Por ello podremos volver lógicamente a tratar dichos temas pero con una actitud distinta, es decir una postura crítica pero positiva y constructiva a la vez, identificando las dificultades encontradas y retomando posibles nuevas alternativas. Especial referencia quiero hacer al tema de “los familiares” de la pareja. Aquellas parejas que no ponen límites a los familiares cercanos o amigos respecto a la intimidad básica de la pareja son más proclives a ser dañados por ellos. La familia suele actuar con buena intención, pero en muchas ocasiones hace mucho daño a la relación. No es extraño que se entrometan en temas económicos, en horarios, en lo que debe y no debe hacer o exigir un miembro al otro, etc. La pareja ha de tener claras sus prioridades: ELLOS MISMOS. Si no se tiene este aspecto claro no es raro que usted cuando se disguste con su pareja pueda desahogarse con su madre, padre, o hermano respecto a lo “HORRIBLE” que le ha hecho su pareja o lo que le ha dicho. El problema es que a largo plazo, usted probablemente olvidará el incidente, pero los familiares no. Sea prudente a la hora de proporcionar información sobre su pareja y sobre usted. Puede volverse a largo plazo en contra suya. Cuidado, no estoy hablando de casos especialmente duros, como el maltrato físico o psicológico en cuyo caso la versión sería diferente. Como consejo general si diría al lector que todo aquello que le moleste o no le guste, o le parezca inadecuado de su pareja, dígaselo siempre que pueda, y en el momento adecuado. Uniendo este artículo con el anterior sobre “expresión de emociones” le diré que este caso es uno más donde poner en marcha dicha habilidad social resulta básico y trascendente para la evolución positiva de la relación de pareja.

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