lunes, 30 de abril de 2012

¿QUIÉN CUIDA DEL AMA DE CASA? (Publicado en "Voces de Cuenca" el 30-4-2012)

30/04/2012 - PSICOLOGÍA ¿Quién cuida del ama de casa? Por Fco. Javier Sánchez Martínez. Psicólogo. Es evidente que actualmente el tema “cuidados de la casa” se comparte en muchos casos (afortunadamente) entre los dos miembros de la pareja, pero no es menos cierto que acuden a la consulta un número elevado de mujeres que se dedican exclusivamente a “llevar adelante una casa”, con todo el trabajo y esfuerzo que ello supone, tanto física como psicológicamente. Me he encontrado con estas pacientes con unas características típicas comunes en muchos de los casos tratados: - Nivel de exigencia muy elevado respecto a su ”rol” de ama de casa. “Si yo no hago las cosas, se quedan sin hacer”, “debo hacer todos los días multitud de tareas a la fuerza”. - Rigidez Cognitiva: “O lo hago, o lo hago, no tengo más opciones”. - Preocupación excesiva por cambiar su pasado: “si no me hubiera fijado en esta persona, no tendría que estar aquí ahora y sacrificada continuamente”, “si hubiera estudiado tendría una carrera y sería otra cosa”. - Demanda de afecto y cariño: “Nadie me agradece todo lo que hago”, “lo que hago se da por supuesto, pero es como si fuera únicamente tarea mía”. “Soy la única que se esfuerza”. Teniendo en cuenta además que como un solo día falle, encima se lanzan sobre ella toda una lista de reproches interminables que no terminan sino por acabar de hundirla y desestabilizarla. - “No puedo fallar a mis hijos y mi pareja/marido”. - Falta de autoestima: Dificultad en decir que NO a peticiones tanto familiares como externas. No es extraño que afirmen literalmente que “son una porquería, que nadie les quiere, que no sirven para nada que no hacen nada bien o que no merecen nada”. A veces también ocurre (curiosamente) que para sentirse valiosa, la propia paciente nos relata que ”necesita hacer todo lo de la casa” (mecanismo patológico de compensación). Si en algún momento falla: aparece la culpabilidad excesiva y por tanto malsana. - Suele haber poca comunicación con el marido, éste no suele cuidar la relación o cree que está haciendo TODO CORRECTO: “Igual que yo trabajo ella trabaja en casa, no sé de que se queja, yo no lo hago”. Tremendo. Sabemos que el interés por cambiar el pasado nos hace “entrar” en la llamada “zona roja” y peligrosa para la salud psicológica personal. Es imposible cambiar el pasado, y lo vivenciamos imaginándolo de otra forma distinta a como ocurrió. Esto nos supone un desgaste psicológico muy grande y no es nada extraño que derive en trastorno de ansiedad. Sabemos que afortunadamente “nadie es imprescindible” y que el ama de casa de nuestro caso, desgraciadamente se siente así. Suele faltar a nuestra paciente un “espacio propio”, debido a que ella suele cuidar de todo el mundo pero nadie cuida de ella. Por eso, aparte de trabajar las características citadas anteriormente (nivel de exigencia, rigidez cognitiva, la preocupación excesiva, el afecto que no recibe, el permitirse no ser perfecta) uno de los primeros aspectos que debemos considerar es “conseguir que la paciente se cree su propio espacio”, es decir que empiece a cuidarse en todas las áreas de su vida. Para ello es imprescindible que salga del círculo vicioso en el que se encuentra y comience a vislumbrar los aspectos positivos de “otro estilo de vida” que no es incompatible con sus tareas del hogar (que ha asumido ella sola, siendo esto un grave error de pareja), pero que le permitirán ampliar su círculo social, de actividades y personal. En más de una ocasión la paciente empalidece cuando se le dice que deje a sus hijos durante dos horas con alguien cercano para irse con sus amigas a cenar, o para asistir al gimnasio dos veces por semana o para apuntarse a un curso de yoga, que a lo mejor le encanta. El hacer actividades, sabemos que mejora el estado de ánimo. La actividad lleva implícitas muchas otros aspectos positivos asociados a la misma: Has de salir de casa, has de arreglarte, has de contactar (casi seguro) con otras personas, etc., todo lo cual repercute sin duda en tu salud psicológica y en tu “ restringido círculo” por el que suele moverse, permitiéndole “descubrir” otras formas de comportarse, actuar y disfrutar que lleva mucho tiempo sin hacer por no habérselo permitido en ninguna medida. Las mujeres tienen mayores índices de depresión que los hombres, y las amas de casa elevan todavía más esos índices. ¿Qué se está haciendo mal?. Mi objetivo esta semana era invitar al lector a reflexionar sobre esta cuestión, en la que seguro que los hombres tenemos mucho que ver y muchas responsabilidades más que asumir.

1 comentario:

  1. Articulazo Fº, como comenta Luisa Vaquero, verdades como puños. Me incluyo dentro de este colectivo, Tenemos que tirar de toda la familia y es muy duro quedarse en casa, un día, otro, otro y otro ... haciendo siempre lo mismo. Sin duda, muy difícil no caer en una profunda depresión. Como ama de casa, animo a todas las mujeres que se identifiquen con este artículo y les digo que LAS AMAS DE CASA, NOSOTRAS, SOMOS MUY IMPORTANTES PARA QUE LA SOCIEDAD EN SU CONJUNTO FUNCIONE. La familia, hoy en día absolutamente transformada, (no por ello ni mejor, ni peor) es el pilar fundamental de nuestra sociedad. Desde ella, sin duda parten toda una serie de valores morales que se han o se están perdiendo. Aceptemos nuestra posición social y ADELANTE FABULOSO COLECTIVO. Un besito para ti fº y gracias una vez más.

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