“APRENDER DE LOS PACIENTES”
Fco. Javier Sánchez Martínez. Psicólogo.
"Benditos los flexibles, porque no se torcerán” (Michael Mcgriffy).
Los pacientes son nuestra inagotable fuente de sabiduría y nuestra máxima responsabilidad profesional (psicólogos en este caso). Nuestro objetivo terapéutico es intentar ayudarles para orientar en la resolución de su problema, trastorno o situación determinada. Ellos son los protagonistas de la terapia y en ellos, o de ellos, parte la solución a sus “males”.
Una vez que se “vuelcan” en la “alianza terapéutica” que establecemos con ellos, todo resulta mucho menos complicado. Solicitan ser escuchados activamente durante toda la terapia, pero especialmente en las primeras sesiones donde muchos de ellos nos dicen textualmente: “Escúcheme por favor y luego trabajamos”. Mientras escucho, trabajo, porque recojo la información y los datos que me van a permitir reorientar o reestructurar los objetivos y los contenidos de la terapia. Aplicando, eso si , las técnicas pertinentes para cada caso analizado.
El desahogo emocional es básico para sentar las bases del proceso terapéutico que vamos a iniciar juntos. Proceso en el que voy a intentar “acompañar” al paciente para poder comprenderlo de la manera más objetiva posible. No se juzga, no se valora, sino que se empatiza para ayudarle a utilizar sus propias herramientas y solucionar su problema.
“Las personas sufrimos mucho, y lo hacemos indebidamente en la mayoría de las ocasiones”. Ese sufrimiento inútil es el que intentamos eliminar o reducir en intensidad de manera significativa en los pacientes, normalizando así su estilo de vida que probablemente se ha visto modificado por los problemas que le “acorralan” en estos momentos en que decide “ponerse en tratamiento psicológico”
La sinceridad ha de presidir las sesiones de terapia, sin embargo hay pacientes que son más resistentes a los cambios que otros, pero si existe el deseo de mejorar y la confianza en el terapeuta, todo es mucho más sencillo.
Los pacientes son para mí un privilegio que me recuerdan todos los días que emocionalmente las personas somos muy parecidas (hablo de emociones básicas) y que tenemos muchas cosas en común con “los otros” de las que podemos pensar.
Es cierto que nuestra calidad de vida ha mejorado muchísimo, pero también pienso que “nuestra salud psicológica se ha deteriorado bastante por el estilo y ritmo de vida que tenemos en la actualidad”.
La ansiedad y la depresión preside en bastantes casos nuestras vidas, la toma de decisiones complicadas ante problemas determinados, o los valores y creencias se tambalean ante los acontecimientos que nos ocurren y frente a los que no hemos sido preparados.
Sólo expreso gratitud a los pacientes desde aquí y les ofrezco mi pequeño grano de arena para ayudarles a “salir” del momento complicado en el que se puedan encontrar, o al menos, lo intentamos.
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