martes, 25 de octubre de 2011

"EL MUNDO DE LAS DROGAS, LA PRISIÓN Y OTROS" (PRIMERA PARTE). (Publicado en "Voces de Cuenca" el 12-9-2011)

EL  MUNDO DE LAS DROGAS-LA PRISION Y OTROS………(Primera parte)
Fco. Javier Sánchez Martínez. Coach Equipo Amaranto Consultores.

Complejo y difícil tema el que les propongo hoy.
                La droga es una plaga que invade todas las esferas de la sociedad actual y que, en muchos casos, acaba teniendo un final, no precisamente feliz..
Consecuencia de una sociedad en la que sólo se concede importancia a lo material y se rechaza lo espiritual o lo religioso como norma general, y como consecuencia de  una pérdida total de valores y creencias  sanas (si las hay, porque en muchos casos ni se tienen), una permisividad excesiva y sobreprotección a nuestros hijos,  una incapacidad para el sufrimiento y para madurar poco a poco en esta vida tan larga….(o tan corta,  según se mire)  y  como consecuencia  (entre otras muchas causas)  de “ estar de vuelta de  todo”, demasiado pronto, las personas buscan algo diferente, alternativo,  que les haga sentir felicidad al instante sin apenas sacrificio  o lucha personal.
Las personas con un déficit de autoestima, aquellas a las que les  cuesta decir que no,  expresar emociones, iniciar conversaciones o que tienen una tendencia elevada a sentirse culpables por rechazar peticiones, tendrán más posibilidades  de iniciarse en el mundo de la droga.
No olvidemos, por favor,  que el mayor número de muertes se produce por las llamadas drogas legales alcohol y tabaco.
Desde mi experiencia clínica he visto a pacientes generalmente jóvenes, sin percepción de riesgo, con una falta de objetivos en su vida,  sin saber dónde dirigirse,  y con unos padres, en los que generalmente, uno de los dos es excesivamente permisivo.
Jóvenes que lo han tenido todo y todavía “no se han enfrentado a la vida por ellos mismos”, porque siempre alguien les ha “sacado las castañas del fuego”.
Chantajistas, manipuladores y mentirosos,  sólo quieren obtener lo que desean ¡ya! (proyección de lo que ocurre en nuestra sociedad actual donde se vive al instante, donde prima la rapidez y donde se quieren hacer las cosas “para ayer”), montando en cólera cada vez que no obtienen lo que quieren, precisamente porque antes siempre lo obtuvieron cuando  lo quisieron, sin que nadie les dijera ¡basta!.
Algún adolescente ha reconocido durante la terapia que lo le ha pasado es que “nunca “ha recibido  NO” por parte de casi nadie, especialmente de sus padres. 
El último escalafón de este mundo lo constituyen LAS PRISIONES, donde 9 de cada 10 personas que ingresan lo hacen por temas relacionados con la droga, tremendo,  sin duda.
Aunque a la sociedad no le interesan en absoluto las cárceles y aboga únicamente por un endurecimiento de penas y condenas, entiendo que éste es un camino erróneo para solucionar “de base” este grave tema.
España posee en la actualidad el mayor número de presos de la Unión Europea, y seguimos construyendo cárceles y más cárceles. Pregunto a los lectores  ¿no está ya demostrado que éste no es el camino a seguir, sino que el trabajo hay que hacerlo antes?
“Ni endurecer las penas, ni aplicar castigos ejemplares en este tema, modifica conducta alguna en las personas que ingresan en prisión  a medio-largo plazo,  y en las que no lo hacen”.
La mejor forma de enfrentarse a este problema es desde la educación y la prevención (desde mi modesto punto de vista).
Si una persona comete un delito, tendrá que ser castigado por ello, no lo pongo en duda, pero habrá que dar un paso más con posterioridad, porque repito que con el castigo únicamente no se consigue absolutamente nada..
Si un padre vocea agresivamente a su hijo porque no ha recogido los juguetes, el niño le hará caso, evidentemente, porque está “muerto de miedo”, pero no por otra cosa.
“Siendo partidario de la necesidad de una figura de autoridad y de unos límites  para cualquier persona (como he defendido en anteriores escritos), entiendo que esta idea no es incompatible con una actitud negociadora, flexible y dialogada en el proceso educativo de cualquier persona”.
Además el objetivo de las prisiones es (o debe ser,  porque me consta que se intenta desde muchos ámbitos) la reeducación y la reinserción social.
Avancemos en este aspecto de una vez. “Cambiemos el chip”, que ya es hora.
El equipo de tratamiento y las diferentes ONGs  de las prisiones luchan por ello día a día, y les aseguro que me consta, pero evidentemente en el Centro Penitenciario sólo se pueden poner las bases para acciones posteriores que se deberían llevar a cabo cuando la persona está en libertad, ya que evidentemente la prisión no es el mejor sitio para consolidar modificación de conductas.
“Al final volvemos a la conclusión de siempre: educar desde la libertad responsable y nunca desde el autoritarismo o la permisividad excesivas, porque si no acabaremos obteniendo consecuencias negativas, en las personas que “hemos educado”  o en nosotros mismos, siendo una de estas consecuencias, en muchos casos, la alternativa de la droga”.

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